viernes, 31 de diciembre de 2021

2021. Virus, agua ... Que se acabe ya!


crónica diciembre 2021eko abenduko kronika

        Badoa 2021. urtea. Hagitz urte latza: bai, horixe! Denetarik izan baitugu, izan dugunez. COVID-19 izurritea gutxi balitz, Arga ibaiak gainezka egin zuen. Aspaldi ez bezala bere lekua hartu zuen gure ibaiak. Ez baitugu atzendu behar Argak bere lekua duela aspaldikotz, eta anitzetan berea berreskuratu nahi izaten duela. Ea behingoz ikasten dugun. Ikusi eta ikasi esaten zuten zaharrek. Ikasiko ahal dugu, inoiz!

        Besterik gabe: urte berria ona izan dadila burlatar ororentzat !!!

        10 de diciembre de 2021, una fecha para recordar, una fecha para olvidar.

El fin del año no lo truncó nuestro amigo Covid, sino unas inundaciones nunca conocidas en el pueblo. La avenida de cada 200 o más años que señalan los planes de inundaciones y que, obviamente, nunca sabes cuándo llegará.

Debemos analizar qué ha ocurrido, su porqué, cómo se debía actuar, cómo se actuó y qué consecuencias deben extraerse de todo ello.

Ocurrió una inundación nunca antes conocida. Pero en parte prevista (al menos hasta los datos similares a las grandes inundaciones de 2013/2017). Es decir, había alarmas suficientes para poner en marcha el plan local de inundaciones y, en su caso (visto que continuaba aumentando la inundación) tomar más medidas de las ya conocidas (desalojo del Soto, Askatasuna, cierre de paseos,…).

No nos extenderemos en el porqué: el río reclama y vuelve a lo suyo. Nosotras nos hemos interpuesto en su camino, no lo olvidemos.

Cómo debíamos actuar: Plan Local de Inundaciones aprobado en octubre de 2013. Tiempo para estar debidamente asentado.

Pero no se actuó así: Jefe de Policía desaparecido, patrulla de noche sin iniciativa y en cierto modo poco activa (ni megafonía, ni avisos,…).

Consecuencias: uno se va, otra se queda, unos critican pero consienten, otros pedíamos ir a la raíz del problema. 

        Reproducimos la carta que suscribimos junto EH Bildu y Geroa Bai y que lo dice todo:

        Riada en Burlada: ser o estar.

Han pasado unos días desde la fatídica noche del 9 al 10 de diciembre en Burlada. El agua, el río, una vez más se desbordó e inundó el pueblo. A diferencia de otras ocasiones conocidas hasta entonces, la cota de inundación llegó a casas, comercios, garajes, bajeras, sótanos, zonas nunca antes afectadas. Es cierto que en los mapas de inundabilidad (estudios técnicos formulados por la experiencia y los cálculos teóricos) se figuran distintas afecciones, programadas o catalogadas por años o periodos de retorno (la avenida de los 5 años, 10, 50, 500 años). Pero también es verdad que las previsiones son meras previsiones, incluso nos atrevemos a calificar de conjeturas, y que en consecuencia debe primar la alerta, la prudencia y la anticipación. Hay muchos factores que no controlamos, o no queremos controlar, y que interactúan: urbanismo en las riberas, cambio climático, usos, etc.

El desastre sufrido por la ciudadanía, la sensación de desamparo por parte de quienes debían protegernos, la “odiosa” comparación con el buen o mejor hacer en pueblos colindantes, nos llevan a un “cabreo” generalizado y que no puede disimularse.

Y ante ello, las respuestas de quienes ostentan las responsabilidades ejecutivas en el Ayuntamiento, lejos de satisfacernos, nos indignan. Primera posición, el silencio. Pasan las primeras horas y desde alcaldía nada se informa. Hay que solicitar una Junta de Portavoces para tener un primer contacto. Después continúa el “apagón informativo”. El malestar de la calle, la exigencia de explicaciones tiene que transmitirse a través de los grupos municipales, porque motu proprio el equipo de gobierno nada explica. Finalmente, unas comisiones municipales, que en la primera se remiten a la segunda, en la segunda a un informe que se está elaborando y al final, la prensa. Nuestra alcaldesa aparece en los medios repartiendo responsabilidades a diestro y siniestro, pero sin asumir ninguna.

Hace años, uno de los firmantes presenció en medio de los Pirineos una curiosa clase de castellano, tratando de explicar a un montañero inglés las diferencias entre los verbos ser y estar, incomprensible para su mente anglosajona. Y viene esta anécdota a cuento de que leyendo a la Alcaldesa uno no sabe si “es la alcaldesa” o “está de alcaldesa”. Ser sugiere movimiento, acción, dinamismo. Estar recuerda a pasividad, quietud, calma.

Y la alcaldía, el gobierno, la responsabilidad conlleva mucho de “ser” y poco de “estar”. Mucho de tensión, y poco de espera. Más de acción y menos de investigación. De esa trágica noche hemos conocido que la Alcaldía ni estaba ni se le esperaba, y a la Jefatura de Policía Municipal tampoco. Esa noche nuestros representantes municipales tenían que haber sido y también tenían que haber estado. Ser y estar conjugados al unísono. Pero los datos nos están corroborando que ni fueron ni estuvieron.

No podemos finalizar estas reflexiones sin dos apreciaciones:

Primera, hubo personal municipal de Obras y Deportes, no así de Policía Municipal, que dieron la talla. Fueron y estuvieron. Y así hay que agradecérselo. Y asimismo, hubo una reacción popular, en forma de auzolanes, que también debe merecer nuestro reconocimiento y gratitud.

Y segunda, no tenemos la alcaldía “que nos merecemos”, tenemos la alcaldía que prefiere el PSN en Burlada. Hay votos suficientes para sustituirla. Hay razones de gestión, desgraciadamente acreditadas con consecuencias, para realizar esa sustitución. Y hay alternativas reales para esa sustitución. Pero el PSN se mantiene en su postura, o ellos ostentan la alcaldía (y son la tercera fuerza de Burlada, no lo olvidemos), o gobierna una persona a la que luego criticarán por incapaz en la gestión. 

También en la oposición hay que ser y no sólo estar.

Pleno de fin de año: moción conjunta de la oposición para que se mantenga la peluquería de Servicios Sociales; y apoyo a convocar el Consejo Local de Salud para tratar la pandemia y situación del Centro de Salud.

Enseguida nos juntaremos y hablaremos del futuro. De un futuro que surge de un pasado reciente. Un pasado en el que fuimos capaces de ilusionar a mucha gente hasta conseguir un cambio histórico en Burlada. Un presente en el que seguimos demostrando nuestro rigor y compromiso con lo público, con lo local, con nuestro pueblo. Hablaremos.

Un año se acaba, y casi da miedo pensar que nos deparará el siguiente, después de estos dos años de desgracia tras desgracia. 

Pero, que sí, aurrera. Urte berri on.

Lurdes y Txema